Esta inauguración se realizó en el marco que de un crecimiento histórico del presupuesto educativo, desde el año 2003 en adelante, que ha permitido que en los últimos 4 años:
- se hayan puesto en funcionamiento ni más ni menos que 9 universidades nacionales.
Hoy en día, no existe provincia argentina que no tenga su universidad nacional -desde el año 1972 que no se inauguraba una.
- los salarios docentes crecieron el 526 por ciento;
- los no docentes el 600 por ciento;
-hemos pasado de los 1.000 millones que tenían de presupuesto nuestras universidades, a más de 12.000 millones de pesos;
- aumento del 1.300% de las becas universitarias. Entregando solo en el 2010 55.000 becas.
El edificio contiguo al reciente Anexo es donde originalmente se dictaron las distintas carreras que ofrece la universidad de Ciencias Económicas. Y no casualmente fue heredado durante la época de la presidencia de Perón. Quien también instituyó la educación como pública y gratuita en el año 1949.
Así es cómo nuestro movimiento nacional echa por tierra, predicando con el ejemplo y de la mano de nuestra Presidenta, los argumentos de todos aquellos que dicen llevar como bandera la defensa de una educación pública, gratuita e inclusiva, pero que a la hora de los papeles, comulgan con los sectores que históricamente impulsaron la privatización de la educación y la reducción del presupuesto educativo.
No en vano hablamos cuando hablamos de soberanía nacional, de justicia social y de redistribución del Ingreso. Porque son principios que van de la mano, y no cambian con el tiempo. Sin justicia social y sin redistribución del Ingreso, es imposible llevar a cabo la soberanía nacional. Y cuando hablamos de Soberanía nacional, nos referimos a “una Argentina con un sistema de decisión política independiente, donde las decisiones se toman en el país y en base a los intereses de la Nación y del pueblo…”
Como bien dijo Cristina: “este es el compromiso que tenemos que tener, sobre todo, nosotros, los universitarios, porque tengan en cuenta que muchos de los que sostienen esta universidad pública, tal vez nunca puedan llegar a ella”.
Es el compromiso que tenemos nosotros, los jóvenes, la llamada “generación del Bicentenario”, que hoy tenemos la gran oportunidad de venir a trabajar por nuestra Patria, en una plena democracia, sin tener que vivir en lucha, recurrir al exilio o dejar la vida, como tantos otros compañeros y compatriotas tuvieron que hacerlo. Este es el momento de profundizar todos y cada uno de los logros que nuestros compañeros Néstor y Cristina supieron conseguir, no sin esfuerzo, pero sí conscientes que lo hacían -y hacen- por los millones que hoy están y los que vienen.
Sigamos en el mismo camino, para que nade ni nadie, pueda volver a atrás lo caminado o derrumbar lo construido.
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