16 enero, 2012

A 53 años de la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre


La toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, en el corazón de nuestro barrio de Mataderos, allá por enero de 1959 se convirtió en un hito en la historia de la Resistencia Peronista. Nacida de la organización sindical del frigorífico, fue solidariamente defendida por los vecinos del barrio, estudiantes y comerciantes que resistieron frente a la poderosa represión militar.

El 10 enero de 1959, Arturo Frondizi envió al Congreso un proyecto de ley que autorizaba a vender el Frigorífico Lisandro de la Torre dando prioridad a la Corporación Argentina de Productores de Carne (CAP). Al tomar conocimiento de la intención, unos 2000 obreros del frigorífico, conscientes de lo que significaba la privatización, decidieron movilizarse al congreso y  luchar en contra del proyecto el día 13 de enero. Llevaban con ellos la promesa de una reunión con Frondizi, pero antes de llevarse a cabo el proyecto había sido aprobado en la Cámara de Diputados e inmediatamente en la de Senadores. En ambas Cámaras los legisladores de la UCR sostuvieron que el déficit del frigorífico lo vuelve poco rentable para el Estado.

En nuestra historia cercana, encontramos argumentos similares a favor de las privatizaciones menemistas durante la década del ’90 y también los encontramos en contra de las re-estatizaciones que ha llevado a cabo el actual Gobierno Nacional, por ejemplo en Aerolíneas Argentinas y AySA, entre otras. En todos los casos con estos argumentos se cambia el eje de la discusión sobre la presencia del Estado en la economía por un eje de discusión empresarial donde los economistas tienen más que decir que los políticos. En el caso que recordamos hoy, el frigorífico además de dar trabajo digno a casi 9000 obreros en nuestra barriada, funcionaba para el Estado, por la magnitud de su producción, como una herramienta para abastecer y controlar los precios en el mercado interno de carne.




Los obreros del frigorífico, al ver que peligraba esta herramienta estatal junto con sus fuentes de trabajo, decidieron una huelga de un día y la posterior toma por tiempo indefinido del establecimiento. Cuando la toma llevaba casi 2 días, en mitad de la noche, aparecieron los jefes de la gendarmería con un despliegue que contaba con casi 2000 efectivos y 3 tanques Sherman. Los obreros habían preparado algunas defensas pero la mayoría falló. Luego de casi cuatro horas de lucha la gendarmería ocupó el frigorífico. Las 62 Organizaciones llamaron a un paro general que extendió la protesta a la calle con características de verdadera pueblada.  Las familias, los jóvenes y hasta los comerciantes de nuestro barrio se defendían de los gendarmes armando barricadas y cargándose de adoquines como municiones. Finalmente las fuerzas de nuestro barrio, entusiastas pero desorganizadas, fueron cediendo lugar a la gendarmería y unos días después el paro general fue levantado.

Unos años más tarde el frigorífico fue efectivamente vendido a la CAP y entonces algún pibe desprevenido pensará que los vecinos del barrio perdieron. Que sus acciones fueron inútiles, que defender con la vida una idea de país no sirve. En ese momento vendrá uno de nuestros mayores a contarnos, hoy con más ganas que nunca, que la toma del frigorífico jamás fue levantada y que todavía hoy podemos remontarla. 

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