En la semana en la que todos los argentinos
celebrábamos el día de la bandera, nosotros, los compañeros de La Cámpora
Mataderos nos enteramos que mediante un acto simbólico aborrecible, quemaron
nuestra bandera. Fue sin lugar a dudas un acto cobarde que revela la impotencia
gorila. Y no es casual que hayan realizado semejante acción hiriente hacia
nosotros, porque somos los hijos naturales de este proyecto nacional y popular,
somos los incondicionales del kirchnerismo que es el movimiento que recuperó
contra viento y marea, las banderas del justicialismo.
Ese acto, escondido en la cobardía del
anonimato, no nos intimida, al contrario, es una señal que revela cómo estamos
trabajando fuertemente en nuestro barrio porque acompañamos y buscamos
transformar la realidad de los vecinos, a diferencia de aquellos que duermen en
teorías decimonónicas y no tienen inserción, así como de los otros que utilizan
los recursos del Gobierno de la Ciudad para pagar a grupos de choque.
Nosotros somos La Cámpora, y al odio le
respondemos con más compromiso político, es un incentivo que nos hace redoblar
nuestros esfuerzos para que cada mataderiense se sienta identificado y
dignificado con este proyecto nacional y popular. Ladran Sancho, señal que
cabalgamos… (Y que ellos están rabiosos).