25 mayo, 2011

25 DE MAYO, 201 AÑOS DE HISTORIA

A un año de aquellos inolvidables festejos del Bicentenario que reflejaron nuestro modelo inclusivo, revisionista, revolucionario, cabe recordar algunas cuestiones relativas a nuestra fecha patria. Aquel 25 de mayo de 1810 expresaba el ascenso y participación de los criollos, pretendía la igualdad social y la soberanía política. Aquellas intenciones y ambiciones que expresaban revolucionarios como Mariano Moreno, Castelli y Belgrano quedaron truncadas ante el poder conservador y la importante burguesía comercial porteña, concentrada en manos de ingleses y algunas selectas familias nativas. La revolución, se transformó en un sueño eterno: estaban las ideas transformadoras, libertarias, teníamos un Plan revolucionario, un modelo de país para liberarnos del yugo español y también del acoso económico inglés. Pero los morenistas carecieron del tiempo necesario para que su política rinda frutos, figuras como Artigas, San Martín, Dorrego y las montoneras buscaron construir la Patria Grande pero las circunstancias históricas nunca permitieron fundar los cimientos del cambio. Será durante la llegada del general Perón cuando los ideales revolucionarios pudieron llevarse a la práctica, de la mano de un Estado fuerte y un Pueblo concientizado. Una revolución no se hace de la noche a la mañana, ni lo puede sostener una persona, por eso los ideales peronistas perviven vigentes porque existió un pueblo leal y concientizado que hizo carne sus principios sociales.



Ese mismo pueblo fue el que luchó durante 18 años para que su líder vuelva a poder, y de la mano del Tío Cámpora, un 25 de mayo de 1973, el gobierno volvía a ser del Pueblo. Pero otra vez, la revolución será interrumpida: la primavera camporista duró un suspiro y nuestro líder muere unos meses después.



Será un heredero de ese proceso histórico el que retomará los valores y los principios de aquellos vientos de liberación, cuando un 25 de mayo de 2003 al jurar como Presidente de Nación y bajo un momento de apatía, malestar y desencanto general, Néstor Kirchner resolvió desafiante que no iba a dejar sus convicciones afuera de la Rosada y a lo Luther King nos propuso un sueño, que es la construcción de la verdad y la justicia. Un sueño, el de volver a tener una Argentina con todos y para todos. Y ocho años después podemos afirmar que la Revolución no es un sueño lejano e inalcanzable, ya no es utopia sino una realidad. Una realidad palpable que sólo depende de nuestro compromiso ante esta oportunidad histórica para profundizar el cambio. Para tener una Argentina para todos y todas, necesitamos transformar cada rincón de nuestro país con las mismas convicciones de Néstor y Cristina. Este año es clave para no dejar trunco este proceso de transformación, de inclusión y poder popular. Es imprescindible que el proyecto nacional desembarque en nuestra Ciudad, que llegue a nuestra comuna y a nuestro querido barrio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario